Obra de Teatro
MAITREYA
De Fernando Estévez Griego
ACTO 1
El Profeta y el Bodhisatva
Más allá de las tres Lunas de Tripdónm, de las montañas de Imanó. Del
templo del Dharma, existe una duna gigante donde juegan los dilios buscando
pareja. No es un lugar más allá; es más acá, pero no está cerca. Habitan sus
bordes los binjes del tiempo vestidos de duendes poetas. Aún ahí caminan sin
distancia los esenios de Judea... los pasos perdidos de Almustafá y Maitreya,
convergen en sus sandalias de Boddhisatva y Profeta...Existe una higuera,
bendita y maldita por eterna.... Aquella que un día no le dio fruto a Jesús y
fue secada, la misma bajo la cual se iluminó el Buddha cobijado en su
sombra..... Cuentan los dharmis que la vida es esa higuera, maldita y bendita,
fiel y traicionera....
Pero ya no hay palabras, el duende del tiempo nos hace girar y el tiempo
se viene hacia nosotros con prisa ..... el mar juega a chocar con el morro y
sus pasos se acercan a la multitud del pueblo de Bahía, donde María Magdalena
danza vestida de Imanyá. Había una piedra nazarena, en la arena, era la
primera, que un hombre de pelo largo arrojó a las manos del Maitreya,....
mientras este la guardó. En una parte del planeta tierra donde estaban Almutafa
y Maitreya... Los magistrados y los ancianos se dispusieron a preguntar, por el
crimen y el castigo, la traición y su pena. (Callad, escuchad, meditad: toman
vida el Bodhisatva y el Profeta). El Profeta de Orfalecis recordó a Almitra, la
cual llevaba en su adentro y sus palabras buscaron el corazón de los jueces del
país de los cedros y este respondió.
Almustafá "El Profeta": El justo no es inocente de los actos
del malvado. Sí, porque muchas veces el condenado es víctima del ofendido. Y
con más frecuencia aún, el reo carga con la culpa del inocente y del puro. No
podéis separar al justo del injusto, ni al bueno del malvado. Porque juntos
están frente al rostro del sol, de igual modo que el hilo blanco y el hilo
negro están juntos en la trama del tejido. Y cuando el hilo negro se rompe, el
tejedor revisa la tela entera, y también el telar. Si alguno de vosotros
llevara a juicio a la mujer infiel, poned también en la balanza el corazón de
su marido y pesad también en la balanza la verdad de su alma.
Maitreya: Y qué es la traición, más que nuestras ambiciones y deseos no
cumplidos por los otros.
Almustafá: ¿Qué sentencia pronunciaréis contra quien, aunque honesto
según la carne, es ladrón en espíritu?
Maitreya: ¿Y qué sentencia merece quien ha sido infiel a nuestro
sentimientos pero ha permanecido fiel a los suyos?
Almustafá: Más yo os digo que de igual forma el más santo y el más justo
no pueden elevarse por encima de lo más sublime que existe en cada uno de
vosotros, tampoco el débil y el malvado pueden caer más abajo de lo más bajo
que existe en cada uno de vosotros.
Maitreya: Y recordad que el responsable de la traición es también el
traicionado. Cuántos crímenes hemos cometido en nuestras mentes, cuántas
mentiras se ocultan en nuestros silencios, cuántas veces hemos aparentado lo no
cierto, cuánto odio hemos sentido en nuestros días sin confesarlo. Y una
sonrisa, si acaso, ha servido de velo y de recompensa al lado oscuro del
corazón.
Un juez de entre todos habló a Almustafá y Maitreya: Juzgar es difícil,
de tal manera que jamás un veredicto es cierto y menos se hace justo....
Maitreya: Sin embargo a cada instante juzgamos a todos los actores de la
vida de diversos modos. Y de cierto os digo que sobre un mismo caso fallaremos
de maneras diferentes, según nuestros estados de ánimo, nuestras edades y
convenir. Porque de cierto todos sabemos que no es el mismo el niño, el joven y
el adulto que ha vivido en nuestro interior alguna vez... Más por acaso tened
presente: que lo necesario siempre es culpable de su falta, para poder vivir.
ACTO 2
En el Templo de Ajashí
Cerca del agua, los pies se hundían en la humedad ténue de la arena
caliente y fina, donde jugaban las olas a traerla y llevarla, para hacer rodar
las cara-colas cerca de la ciudad de Jadalí. Maitreya llevaba esos pasos hacia
los de Almustafá el Profeta, para encontrarse en la Puerta del Templo de
Ajashí. Una vez en él, los dos a un mismo tiempo entraron, cruzando la gran
puerta para hablar y dejar el libro de la Gran Verdad. Decenas de cientos de
monjes poblaban las márgenes del templo, sus murallas y laberintos. Ansiosos de
las respuestas y del libro que ese día se iban a revelar. Ya en el templo, ya
entre todos, el sumo sacerdote Saulo habló:
Saulo: Oh, monjes aquí reunidos, este día lleno de gloria nos ha tocado
en suerte. He aquí a Almustafá el Profeta, quien nos hará escuchar sus máximas,
y Maitreya el Boddhisattva, quien nos entregará el gran libro de la verdad para
poder leerlo luego de decenas de años de búsqueda espiritual. Ahora aquí
reunidos quiero preguntarles: ¿por la moral y normas a seguir, para que todos
los aquí presentes trasciendan lo mundano para entrar a la gloria celestial y
adorando al verdadero Dios, poder acceder a la vida eterna?
Almustafá respondió: Quien usa su moral como su mejor vestido, mejor
estaría si estuviera desnudo, y quien define su conducta con normas, enjaula a
su pájaro cantor.
Maitreya: Y ese pájaro cantor es vuestro espíritu deseoso de florecer en
la libertad de su vuelo.
Almustafá: El canto más libre no viene de las rejas ni del interior de
las jaulas.
Maitreya: El se escucha entre los montes, entre los ríos, entre la gente
que a veces olvidáis en vano. No uséis este monasterio como una jaula que
aprisiona vuestros deseos porque no podréis jamás saber cómo vive el gorrión en
libertad y no hay culto que por más adoraciones que haga gane con ello el
cielo..
Almustafá: Aquel para quien la adoración es una ventaja tanto para abrir
como para cerrar, no conoce todavía la morada del espíritu, cuyas ventanas
abiertas permanecen de aurora a aurora.
Maitreya: Queréis abrir el corazón de vuestro Dios con adulaciones, a
cambio de la vida eterna, y sólo obráis como mercaderes del espíritu ¡oh
monjes!, que temen a Dios por un posible castigo y que siguen la ruta de la
jaula por miedo. Mientras que sólo el amor os hará libres de verdad. Cerráis
vuestros deseos y con ellos la vida que hay en vosotros siendo muertos en vida.
Y a eso llamáis religión y a esta jaula templo.
Almustafá: Vuestra vida cotidiana es vuestro templo y vuestra religión.
Maitreya: Se os dio la necesidad de comer y la llamáis hambre, y muchos
de vosotros, por miedo a trabajar no queréis comer, y encontráis la comida
mundana. Se os dio la necesidad de hacer el amor a las mujeres, mas por miedo
al fracaso o bien porque no las queréis íntimamente negáis lo que heredasteis
de vuestros ancestros. Se os dio la voluntad de Poder para poder hacer vuestras
fantasías realidades y así hacer vuestras obras, mas hay entre vosotros quienes
no pueden obrar y juzgáis el Poder como perverso y malvado. Mas de verdad os
digo, y tenedlo presente, que todos estos deseos dejáis de lado por uno mayor,
y este es la gloria, que es el deseo del espíritu y por el cual el hombre se
quiere elevar frente al hombre y enseñorearse frente a sus hermanos y demás
seres vivos. Y por la gloria y por la vida eterna dejáis los otros deseos de
lado, juzgando a los demás como mundanos pero sólo habéis dejado este mundo sin
comprenderlo, y no comprendéis que él lo es todo.
Almustafá: Si conocierais a Dios no tendríais enigmas que descifrar.
Maitreya: Porque sólo lo adoráis más que por lo que conocéis de él, por
el miedo secreto a lo desconocido que está en él después de la muerte que hay
en vosotros, pero eso que llamáis Dios está ahí frente a vuestros ojos.
Almustafá: Mirad vuestro entorno y le veréis jugando con vuestros hijos.
Le veréis sonriendo en las flores y levantándose luego para agitar sus manos en
los árboles.
"Maitreya tomó el Gran Libro de la Ver-dad , llamado el Dharma, y
se lo entregó a Saulo; en ese momento caminó, para seguir sus pasos junto a
Almustafá por la tierra de Imanó y mientras ambos se iban de sus días, en el
templo Ajashí, Saulo reunió solemne a los monjes ahí congregados y abriendo el
libro De la Gran Verdad , sólo encontró un espejo, en el cual aparecía su
propia cara. Varios monjes dejaron sus túnicas y comenzaron a danzar la danza
de la vida, siendo uno más entre las gentes."
MODULO 2
DANZA
Acto 3
Almustafá “El Profeta” y Maitreya “El Bodhisatva”
Los pasos de Almustafá, El Profeta, ya se escapaban de Orfalecis y
cruzaban el país de los cedros hacia la tierra de Israel. Janaish el vagabundo
lo llevó hasta la casa que albergaba a Maitreya más allá de la frontera del
lago de Galilea. No había más espacio que la mente de un hombre en Israel que
pensaba en la montaña de Bihar. Era una historia sin más sentido que la vida. Y
esa vida era la nuestra que estaba ahí, mirándonos como un espejo sin vidrio
tan siquiera. Dios mío, gritó el Buddhista, si no existes igual te doy gracias,
es que vivir ciertamente es un milagro. Y Almustafá se echó a reír mientas
comía a la sombra del olivo. No sé si ésto es una historia real, sólo sé que es
verdadera, y que cuando Maitreya dejó la Higuera , los pasos del Bodhisattva y
el Profeta llegaron a la tierra de Judá.
Y una vez ante la multitud que seguía sus pasos un sacerdote preguntó:
Hablad señores de la “Libertad” y la “Justicia”, y Almustafá contestó:
Almustafá: Si lo que queréis abolir es una ley injusta, debéis saber que
esa ley fue escrita por vuestra propia mano sobre vuestra propia frente.
Maitreya: Si os encadenáis a vuestra ambición de ser libres, recordad
empero que la libertad tiene como madre la esclavitud, y ciertamente los
hombres son esclavos de la búsqueda incesante de ser totalmente libres.
Almustafá: Y así vuestra libertad, cuando pierde sus cadenas, se
convierte en cadena de otra libertad mayor.
Maitreya: Es que es bueno recordar que cuando lo pequeño se agota,
comienza lo inseparablemente grande. Y en esa grandeza el ser humano es esclavo
de la interdependencia e interrelación de todas las cosas. Así es el Uno al
cual otros llaman “Todo”, o Almustafá “Dios”, y yo lo prefiero llamar “Dharma”.
(Una mujer llamada Miriam de la tierra de Judá se acercó al Bodhisattva
y al Profeta, y les preguntó: Maestros hablad de la Santidad , de la Moral y de
la Paz Espiritual que nos aleja de los deseos.)
Almustafá: Quien usa la moral como su más fina vestidura mejor estaría
desnudo.
Maitreya: Hay entre vosotros quienes buscáis la santidad para ser
alabados por vuestro prójimo, y sólo os apartáis del mundo para ir al encuentro
de la gloria. Hay entre vosotros quienes buscáis la paz espiritual para no
sufrir las derrotas que vuestras ambiciones reciben en los deseos que no podéis
a diario cumplir. Y son de tal modo vuestros actos, que evitáis siempre el
dolor y el sufrimiento, aún olvidando el placer que la vida os ofrece. A tal
punto evitáis el dolor, que os parece mal encontrar al placer en vuestro paso.
Almustafá: Sí, realmente el placer es una canción de libertad. Y me
gustaría que me cantáseis con todo vuestro corazón, más no quisiera que perdáis
ese corazón en el canto. Algunos de vuestros jóvenes buscan el placer como si
el placer fuera todo, y son por ello juzgados y censurados, yo no los juzgaría,
ni los censuraría, porque encontraran el placer, pero no solo.
Maitreya: Vosotros, los que buscáis la paz espiritual, ¿os creéis por
eso más espirituales? Pensáis por si acaso que el deseo de no tener deseos no
es un deseo al fin, tan burdo como los otros que podéis encontrar.
Almustafá: En su temor a la búsqueda y al recuerdo rehuyen de todos los
placeres por miedo a menospreciar el espíritu o a ofenderle. Más esa renuncia
misma es su placer.
Maitreya: Y a ese placer de renunciar al mundo, le llamáis santidad.
Almustafá: Más decidme ¿quién puede ofender al espíritu?
Maitreya: Nadie, porque él fluye en el tiempo sin dejar ni siquiera una
huella.
Almustafá: ¿Quién sabe si lo que hoy hemos reprimido no brotará mañana?
Maitreya: ¿Y quién os garantiza que vuestra paz espiritual no sea sólo
vuestra propia censura impuesta a vuestros deseos?
Almustafá: Nadie puede revelaros nada que no yazca aletargado en el
amanecer de vuestro conocimiento.
Maitreya: Nadie puede enseñaros algo que ya no esté desde siempre en
vuestra mente, porque estando fuera de ella, ¿cómo la entenderías?
Almustafá: Si un maestro es de verdad un sabio, no os obligará a que
entreís en la casa de su sabiduría: os guiará sólo hasta el umbral de vuestro
propio espíritu.
Maitreya: El buen cazador enseña a hacerse con la presa, más nunca caza
por su discípulo, ni come por él.
Almustafá: De igual forma cada uno de vosotros se halla solo en el
conocimiento de Dios, así cada uno de vosotros debe estar solo en su
conocimiento de Dios y en su conocimiento de la tierra.
Maitreya: Quedaos solo en vuestro conocimiento de Dios, mas recordad que
en vuestro conocimiento de la tierra aprenderéis con el paso de los días que
siempre que busquéis la Libertad, al encontrarla ella os traerá, placeres y
dolores. Mas por esa libertad, libraréis combate a cada instante y por ello
luego buscaréis en los momentos de derrota la tan ansiada Paz Espiritual, y una
vez en ella ésta os traerá con el tiempo monotonía y aburrimiento. Pediréis a
vuestro tiempo entonces “Sabiduría” y una vez que la tengáis, ella os hará
descubrir que siempre quisísteis ser felices. Y aprenderéis que sólo el “Amor”
os regalará esa “Felicidad”.
Almustafá: El amor no tiene más necesidad que realizarse.
Maitreya: Y el Anhelo no tiene más realización que el Amor
ACTO
Así Habla Maitreya
Desde el cielo de Tushita sobre la noche de Shangrila, bajó Maitreya a
la Tierra del Oeste, sobre la que reinó alguna vez Amitabha. Ya no estaba
Asanga, ni el Maestro Lao entre los cerezos, sólo existía un grupo de rocas
sobre las que hacían sonar sus voces las gaviotas. Había perfume de mar con
esencia de iodo. La playa se sumergía en la noche, al ritmo de los tambores y
el bailoteo de las luces de las velas dedicadas a la diosa Imanya; esas
candelas, a la distancia, jugaban a disfrazarse de luciérnagas entre las dunas.
Su paso tenía aire de Río de Janeiro, pero estaba en todas partes, pertenecía
al presente de varios mundos y a la sombra del grupo en el que se escondía
Vayusattva, quien al verlo le preguntó:
- Vayusattva: Maitreya, he aquí al rabino que nos ha enseñado que por la
ley de Moisés es justo divorciarse y volverse a casar. He ahí al Padre
(sacerdote) que nos ha enseñado que no es lícito tomar nueva mujer y
divorciarse, según la ley de Cristo. He aquí al imán que nos ha educado a favor
de que cada hombre por la ley de Mohamed (Mahoma) puede poseer cuatro esposas y
he allí, también, al swami que nos ha enseñado que por la ley de Shankara debe
uno mantenerse casto. Dinos tú a quién debemos seguir ¿a Moisés, Cristo, Mahoma
o Shankara?
- Maitreya: Dios es amor, así se os ha hablado. Y ciertamente es así.
Cuando el amor está con vosotros, seguidlo, y cuando se ha ido no finjas
inventarlo porque el sufrimiento llenará vuestros días. Cuando el amor se ha
ido, Dios está mirando hacia otro horizonte. Cuando améis a una mujer haced
como dijo Cristo, cuando ya no la améis haced como enseñó Moisés. Cuando améis
a más de una, obrad como os educó Mohamed y cuando no améis a ninguna llevad la
vida de Shankara. Vuestros sentimientos son el mejor maestro que encontraréis a
lo largo de la vida. Pero recordad que el espíritu nunca podrá estar preso por
la mente. Vuestros sentimientos son hijos de la tierra, los rayos del espíritu,
y vuestra razón y obligaciones los de vuestra mente. Cuantas veces hagáis
reglas en el amor, igual de veces las violaréis. Las reglas son hijas
caprichosas de la mente y no de vuestro espíritu (corazones o anahata chakra).
- Imanya olvidó el agua marina; mirándolo a los ojos le preguntó al
oído: ¿Cuál es la ley de Dios, la escrita en las enseñanzas de los ancestros
yorubas, la de la Torá , la de la Biblia , la del Corán o la de los Vedas ?
¿Cuál de todos estos libros es el más sagrado?
- Maitreya: La verdadera leyes vuestra propia naturaleza, contra la que
no podéis luchar sin ser derrotados. No hagáis a los demás lo que no quisierais
para vosotros mismos; he ahí una frase para repetirla mil veces en un solo
libro santo. Pero las palabras no son las cosas, ni son más santas unas que
otras. Podéis escribir millones de libros y gritar a todo el universo que esa
es la palabra de Dios, y sólo se la estaréis gritando a él mismo y a vosotros.
Podéis obligar con ejércitos, a todos los seres, a recitarlas de memoria, y
ciertamente lograréis imponer vuestra religión más que por la fe, por la espada
y la fuerza. Pero nunca podríais habitar en el corazón (anahata chakra) de los
todos seres. Nunca podríais, sentir por ellos. Sólo quien siente lo que sabe,
podrá saber lo que siente. No hay libro más sagrado que la Vida , ni escuela
más llena de poesía que ella misma cambiando de formas; la vida, Imanya, es el
encanto de las olas que te llenan de caricias, diosa del agua, señora de los
delfines. La vida es Dios, Imanya, con todos los libros y sin ninguno.
MODULO 4
MÚSICA
ACTO 5
EL LUGAR DEL SIN TIEMPO
En la tarde de Shangrila, las gaviotas dibujaban - poemas con sus alas,
transformándose en peque- ños puntos negros que se perdían a la distancia,
rumbo al horizonte... , mientras yo dormía sobre la arena de la playa Almustafa
estaba tendido sobre su libro del Profeta, sus sueños los guiaba Kama para que
buscaran el amor de Almitra. Pero su cuerpo de mujer habitaba el jardín de las
fantasías. Solo estaba el alba con las olas del mar. Más allá de los pasos,
caminaba Fausto sus días, sin haber leído jamás a Kalil Gribran ante la mirada
del Dante, acercóse un extraño caballero de hidalga armadura, llama- do
Quijote, quien clavó una lanza en la playa, mirando casi sin quererlo el sueño
de los poetas. Y así ellos hablaron:
- Fausto: He estudiado filosofía, jurisprudencia, artes, en fin, ya
sabéis tantas cosas... y ahora pobre de mí, cuando mas estudio, menos sé, estoy
tan sabio como antes, no he logrado vencer mi propia ignorancia.
- Dante: Los círculos de la existencia son una Divina Comedia...
- Quijote: si no la vivís vosotros señores como una tragedia, el existir
puede ser una risa más que un llanto. Se derrama la lágrima, tanto por la
alegría, como por la tristeza.
- Maitreya: mas cada uno de nosotros viene al mundo a cumplir sus
fantasías, sabio no es aquel que las aprende, claro Fausto, sabio es aquel que
las vive, y aprende a escuchar sus sentimientos....
- Dante: ¿Tanto como la razón?
- Maitreya: la razón no se tiene Dante, se inventa cada día para tratar
de justificar nuestros sentimientos. Podrías tu no haberte enamorado de aquella
adolescente llamada Beatriz. En los círculos de los círculos se revela el
espíritu ante la razón, pero jamás la mata, ella es su eterna compañera.
- Macbeth: Ser o no ser, he ahí el dilema.
- Quijote: Señores, yo no creo en la reencarnación, pero ya veis, he
vuelto a la vida. Y he venido aquí a compartir junto a Lancelot, la espada
Excalibur, por la magia de Merlín, aunque claro está, no se me confiesa. Velaré
mis armas, esta noche como en antaño ya lo hice, aunque ser Quijote hoy
señores, vale que lo diga, no es ser ni creerse un caballero. Es jugar con
Buddha, llamarse líder espiritual, caminar vestido de naranja por la Mancha
haciendo las veces de guru, y creyéndose un noble elegido. Ayer era oficio luchar
contra los molinos de vientos, hoy no vale la caballería, esperáis en la tierra
una flota de naves extraterrestres. Hoy para ser Quijote, se necesita luchar
por Saint Germain, o por Sai Baba, o por un nuevo avatar que eleve nuestro
espíritu, que esto de ser caballero ya no deja un duro.
- Maitreya: Porque ser y no más bien no ser, he ahí el verdadero dilema,
pero una vez que somos, por que no ser en esta Divina Comedia que es la vida,
hasta las últimas consecuencias. Ser es amar cada cosa y regalarle un poema a
los instantes a todos ellos. Quién de nosotros no es Quijote. Quién no hace a
sus profetas, a sus libros sagrados, a sus ídolos, a sus maestros, como
hermosas Dulcineas, aunque nos invadan de a miles los ojos. Quién no intenta
vivir su fantasía y hacérsela creer a los demás por realizada. Si de ese juego
no disfrutáis la propia torpeza, se pierde el tiempo al procurar ser perfecto.
- Quijote: hombre, pero tú nos la juegas de maestro de Maestros, de
Buddha salvador.
- Maitreya: No, yo juego de hombre, yo soy tu, Quijote pero trasmutado.
El maestro de maestros está dentro de cada uno.
MODULO 5
POSTURAS
ACTO 6
MAITREYA
Cierta vez, más allá del desierto, del pueblo de Orfalis, de su partida
al Oriente, Almustafá “El Profeta” llegó a la tierra de Shambala. No había ahí
un tiempo preciso, un lugar determinado, ni un límite exacto entre la realidad
y la fantasía. El estaba ahí y en la memoria de los ojos de Almitra, la
Vidente. Más allá de los papeles su ser vivía, lleno de eso que no tiene
nombre. En un monte ignorado pero repleto de pájaros, y hasta seguro estoy de
duendes escondidos, escuchó las palabras de Maitreya, que decía: No son sus
hijos los hijos de la vida, es la vida la que se transforma en aquellos que
llamamos hijos, es la vida el juego eterno de Dios, que todo nos da y nos
quita, y sin embargo no somos más que ese mismo Dios. Al cual llamamos Gran
todo.
-Nasha, la de grandes ojos se acercó a preguntar: Háblanos del matar
para comer.
-Maitreya: Cuando nos alimentamos debemos matar y no obstante, sólo
generamos más vida. Varios vegetales o animales deben morir, pero esa muerte no
es la muerte de la vida, sino más bien la transformación de ella en otras
formas. Todos somos, aunque lo ignoremos, jardineros del universo prestos a
trabajar.
- Almustafá preguntó a Maitreya: ¿No eres tú, yo esgrimiendo mis
palabras hacia otro horizonte?
-Maitreya: No, soy Dios que se despierta de mil formas y se mira a un
mismo instante. Soy Dios sin religiones, sin libros sagrados, sin sectas, sin
más poesía que la vida misma. Soy el existir sin fronteras, sin naciones, sin
límites. Soy la roca, el viento, la mariposa, tu Kalil Gibrán y mi Swami
Maitreyananda. Soy tú, sí, pero libre. Sin letras y papeles. Sin miedo al
egoísmo, porque sé que separa de nada y que, como ego, por supuesto que no
existo independientemente de nadie. Soy libre porque no busco la libertad. Pero
estoy preso del existir para siempre. Nada tengo, Almustafá, que trascender. Ni
siquiera debo buscar a Dios entre todas las cosas. El está en todas partes, El
es todas partes. El siempre está en mí y nunca me podría alejar del existir que
es su verdadero nombre, ni siquiera por un instante. ¿cómo podría yo - buscar a
Dios si nunca lo he perdido? ¿A quién busca Almitra, que mira por tus ojos mi
rostro? Acaso buscaba otro profeta o un salvador. Yo no soy un mesías. A nadie,
Almustafá, hay que salvar, todos ya son salvos. Nadie es más elegido por Dios
que otro. Todos somos a una misma vez inocentes y culpables. ¿De cuál religión
quiere que hables tú en Orfalis, a la sombra de los cedros, aquella mujer
llamada Almitra cuando te lo ha demandado? Si a nada me nada hay que religarse.
Las verdades que creen ver los hombres en sus religiones no hacen más que
enfrentar a los fanáticos del espíritu, que quieren hacer de Dios un nombre.
Para ungirse con el poder del templo.
- Almustafá: Vuestra vida cotidiana es vuestro templo y vuestra
religión.
- Maitreya: Es Dios, Almustafá, ella además es Dios y el Dharma.
MODULO 6
SHIVA
ACTO 7
El Santón de Almohadid
La lejanía aparente del lago de Jailos concordaba con el espacio sin
prisa del cielo en que transitaban las estrellas su vuelta de dos lunas. Más
allá del horizonte, donde la vista no puede curvarse, y se hace inútil, el odio
llega a escuchar las palabras del Bodhisatva y el Profeta. Caminaban Maitreya y
Almustafá a la sombra de los cedros de Enjil, cuando el santo de Almohadid los
tocó en la espalda.
Santo de Almohadid: Yo soy Pietro, el Santo Almohadid, y he venido a
vosotros hombres de rectitud y sabiduría, para demandaos, no vuestras palabras,
sino vuestros actos. Se dice de vosotros muchas cosas, más no quiero yo
palabras hermosas, pues todo he hecho por tener la gloria del Señor y a él debo
mi vida.
Almustafá miró a Maitreya, quien preguntó: -¿Es Dios a quien buscas
Santón?
Santo de Almohadid: Sí señor, con él he hablado a solas más verlo
quiero, os declaro mi deseo.
Mas Almustafá sólo atinó a reposar en un peñasco, cercano a un cedro.
Maitreya, el Boddhisatva, sin embargo dijo: -Escucha, hombre de mucha
fe, aquel que viene caminando por el sendero de enfrente es Dios, pregúntale a
él por tus días, y ve en él nuestras obras, mas recuerda que sólo importan las
vuestras, Santón.
Dios caminó hacia el santo de Almohadid y le preguntó: -Yo soy Dios ¿me
estabas buscando?
Santo de Almohadid: Toda la vida señor, en sueños, en oraciones, en
visiones te he visitado y amado, por ti a todo he renunciado, y temiéndote te
he respetado, a ti he dedicado mi vida. Y ahora, ya entrado en años, quisiera
ir a tu morada para vivir contigo la gloria eterna.
Dios: De nada han servido tus renuncias, tus oraciones, tu temor a mí,
más vale el amor de cualquier forma, aun de la más vil que hay entre cualquiera
de los seres. De nada sirvió que me buscaras pues estaba en todas partes,
incluso en aquellas prostitutas que torturaste y en los ladrones que no
cobijaste en tu monasterio, de nada sirvió que no tuvieras mujer y hayas dejado
los placeres de la vida, porque sólo los has querido canjear por placeres
espirituales que me demandas en tu búsqueda insaciable de gloria eterna. ¿Tú
creíste vanamente que por tus renuncias podía comprar la eternidad y toda la
gloria del universo? Hombre, de nada te ha servido tu vida más que para vivirla
y, aún así, morirás.
Santo de Almohadid: ¿Pero, no merezco yo el Paraíso?
Dios: Sí, y por eso has vivido, la Tierra era el Paraíso y la vida su
lenguaje, mas no quisiste aprenderlo....
El Templo de la sabiduría
Pasando la montaña de Imano en el Gran Templo de la Sabiduría.
La orilla del lago se extendía sin sentido ante los ojos, que miraban el
paso inquieto de Maitreya y Zaratustra.
Aura Mazda se asemejaba al Sol, y las palabras de Maitreya era su viento.
Zaratustra (El Viejo Camello) preguntó:
¿Cuál es el sentido de la vida?
Maitreya: El sentido de la vida es sentirla. No hay otra posibilidad que
vivirla, mas recuerda por si acaso que la vida no tiene un porqué más que el
existir, es el sentimiento lo único que nos hace sentir vivos.
La Razón es el juego de la Mente y el sentimiento es su resultado quien
juega a la razón por la razón misma, se olvida de que el sentimiento es el fin
anhelado y ella tan sólo un medio. Si eres feliz irracionalmente celébralo,
porque la vida es lo irracional también.
MODULO 7
DANZA
ACTO 8
Sukavasthi
El espacio de los zenios dejaba ver las nubes, el cielo era la imagen
del infinito. Trippdón era un poema vestido de turquesa. Sus tres lunas una
danza de astros en la noche, y los delfines del Gran Lago eran simplemente
ellos, mis amigos de la Verdad Interior, que jugaban las olas. Las Grutas de
Imanö albergaban a los Dharmis del tiempo, binjes guerreros de la libertad. El
sueño de los poetas, la magia de los pintores y el encanto de la música
flotaban en mis espaldas y la llevé conmigo. Podía y yo lo sé, el espíritu
escaparse para siempre, pero él jamás lo impedía. Los Dharmis en reunión
visualizaron a Maitreya en la Tierra aquel planeta de una luna (Ekdón), y este
caminaba por las tierras de Wiracocha.
Los jueces y magistrados, los sacerdotes y el pueblo discutían y le
preguntaron por las sectas y las religiones, la libertad y las persecuciones.
Un indio lo vio de frente y este le dijo:
Maitreya: El hombre ha intentado someter al ser humano por el hombre
mismo.
Y cuando digo hombre recordad todos que vuestra especie es la de ser
humano, a la cual el hombre llama hombre en desmérito de la mujer. Más de la
mujer todos vienen y a ella todos acudimos alguna vez. Porque cierto es que ha
sido el hombre quien se impuso por la fuerza y la espada ante todos sus
semejantes. Hoy en nombre de los seres humanos mueren los seres vivos, y aquel
delfín que salvó a vuestros ancestros en las playas de la muerte segura es hoy
vuestra víctima de turno. Llegará, sin embargo, el día que reconocereis en él
al más elevado de los seres de este planeta, porque su sabiduría en verdad que
es grande. Mas vosotros pensáis absurdamente que sois la cima de todas las
especies, pero cuidado que mañana como vosotros tratais al delfín sereis tal
vez tratado por seres superiores a vosotros mismos. Mas de cierto os digo que
pedirán clemencia. No existe ninguna especie que no necesite de otra para poder
vivir, porque esa es la Ley (Dharma) del universo. Y por esta razón ninguna se
supera y, sin embargo, todas se necesitan mutuamente. No hay ninguna raza entre
vosotros que sea superior a otra, sólo existe aquella que por medio de la
guerra domina alzada en su victoria y las otras que son dominadas por causa de
sus derrotas. No hay ninguna religión superior ni más verdadera que otra, sólo
existen aquellas que se impusieron por la fuerza y por la fuerza viven, y
aquellas que por la fuerza son prohibidas y discriminadas. Y recordad que las
sectas son a las grandes religiones como los pequeños países a los grandes
imperios. Los vencedores de cada guerra en nombre de Dios, en nombre de la
raza, en nombre de nuestra inteligencia de hombres sobre las demás especies. En
nombre de nuestra nación sobre nuestras naciones hermanas han escrito la
historia y sus leyes para que unos discriminen a otros. Y en nombre
de Dios, de la raza, de la nación, del hombre, se han justificado cada
persecución cobarde, cada holocausto asesino, cada genocidio humillante, cada
ecocidio nefasto, cada limpieza étnica y religiosa vil, cada inquisición
salvaje, que sólo pretendía no dejar ser y sentir a los demás como ellos
sienten. Y en esas horas de tragedia, vuestros dioses, vuestras naciones y
razas han llorado por ustedes todos. La libertad fue perseguida y olvidada. El
hombre ha sembrado la muerte y la sangre del prójimo fue su riego. Y es hora ya
de que la Madre Tierra sea honrada, dejad vuestras religiones, vuestros dioses,
vuestros países, vuestras razas de lado para ser seres humanos e integrarse,
que el tiempo venido es ya. No hay más lugar que este ni más tiempo que ahora.
El tiempo desapareció el Buda Sakyamuni y Maitreya se encontraron en
Bihar
Buda dijo:
"...No os guiéis, por lo que oís ni por la
tradición (de vuestro padres o mayores) , ni por lo
que se dice ni por el dominio de los textos (sagrados)
ni por el solo razonamiento, ni por la sola inferencia
ni por la sola reflexión sobre las causas, ni por la
obsecuente aceptación de una teoría ni por su
conveniente apariencia, ni pensando que el sacerdote
que las dice es vuestro maestro.
Cuando vosotros, por vosotros mismos
lleguéis al conocimiento de que estas cosas son malas,
estas cosas son criticables, estas cosas son
censuradas por los que saben, y que estas cosas,
realizadas y llevadas a cabo, redundan en mal y en
sufrimiento, entonces vosotros, debéis
rechazarlas."
Cuando vosotros, por vosotros mismos
lleguéis al conocimiento de que estas cosas son
buenas, estas cosas son no criticables, estas cosas
son aprobadas por los que saben, y que estas cosas,
realizadas y llevadas a cabo, redundan en bien y en
felicidad, entonces vosotros, debéis vivir
adhiriéndoos a ellas..."
Maitreya contesta:
Vuestro espíritu es vuestro eterno maestro y vuestros sentimientos su
vehículo más noble. Cada uno de vosotros es un Buda, tan dormido como cierto.
Que espera a ser despertado por vosotros mismo. Porque lo que buscaís fuera
esta desde siempre en vuestro adentro.
Maitreya:
Dios no es un Misterio
es la Realidad última de todas
las cosas.
Dios no es la esencia
y el Universo la Existencia.
D ios es la esencia y la existencia
porque El es todo el Universo.
El Existir, ese es Dios.
Dios no es el Gran Espíritu,
es también el pequeño espíritu,
pero El es, además, la materia.
Dios no ha creado nada
porque el Existir ha existido siempre;
El es el existir mismo
sin principio y sin fin.
Todas las formas y cosas son Dios,
pero aún la no forma y la más sutil
energía
también es Dios.
Dios no es Padre, ni Madre,
es ambos a una vez,
así como hijo e hija.
Todos ustedes pueden descubrir
a Dios
en las plantas, en los animales
en cada ser humano
porque ustedes son Dios.
MODULO 8
BUDDHAM
ACTO 9
Avatar Dharma Char ...
Cuando habitaba en
Sukavasti, en el cielo de Tushita con sus
tres lunas, mi madre Tara la
Verde , guía del lucero, me
acompañaba a visitar en el
lago de las flores del loto a
mi hermano Minanata el
Buda Delfín -el Gran Yogui
“Delfos”- Matsyendra.
Minanata jugaba conmigo y
me contaba las enseñanzas
que Shiva daba a Shakti,
cuando le transmitió los
tantras del yoga. Un día mi
hermano escribió en la
arena, para mí, un dulce poema:
“Maitreya, conócete a ti mismo”.
Cuando encarnamos en la Madre Tierra -Kamaloka- los boddhisattvas y los
devas nos olvidamos del lugar del cual provenimos. También nos suele ocurrir
que, muy a pesar nuestro y del origen de nuestra esencia, somos ahora humanos.
La pasión nos llena de emociones, nos invaden los sentimientos y nuestros
sentidos terminan creyendo en la muerte de nuestro ser, y ¿qué avatar no ha
temido al dolor, por su vida y por su amor? Aunque nos pese, nos cuesta dejar
la función de esta holografía llamada vida, que es el teatro de Dios, porque la
naturaleza toda es los pensamientos que desde Él transitan el cosmos.
La vida es en su esencia, en todo el sentido de la palabra, es absurda;
porque la razón no roza la existencia: solo la busca y la investiga, la razón
justifica a su antojo nuestras pasiones y nos descubre que hasta ahora todos
nos habíamos olvidado de que también nosotros al fin de cuentas somos “simples
humanos”. Los humanos somos devas mortales y quien esto entienda se convierte
en Buda. Señor Buda, despierte. Dios y la Verdad están dentro de usted y son su
eterno maestro. Los devas son humanos inmortales que saben que en el juego de
la existencia, la vida es una fiesta maravillosa que no deben perderse por
causa alguna. Aquí ante nosotros está todo lo posible: nunca alcanzarán los
días para experimentarlo. A pesar nuestro, aunque triunfemos en la entrega
-Tantra- y aun aunque fracasemos en nuestro dharma todo nos volverá al Uno,
como Eterna Madre. Nos cuesta, y a mí más que a todos, entender por qué la
pasión nos invade tomando parte por uno de los dos bandos, que siempre se
presentan en las escenas de la vida. Pero me resultaría eternamente monótono
hacerle culto a la rutina y vivir sin opuestos. Los hombres torpes y los devas
trasnochados -amén de aguafiestas- piensan que tal vez en el mundo se pueda o
se deba vivir sin deseos. Esculpen una moral de cartón y de plástico que me
parece no solo de mal gusto sino de mal gobierno: ¿Qué sentido tendría desear
no desear como deseo, sino sólo eludir el dolor e intentar esquivarlo por
nuestra cobardía? Pero el dolor es hijo del deseo y el placer es su risueño
hermano, que no merece vivir en el exilio, en el país del olvido, sino más bien
tener un lugar en nuestra mesa. Creo que llega el día en que los avatares
seamos menos solemnes, más simples y locos; que los budas nos convirtamos en
callejeros, que el mundo sea un gran templo donde se respete la vida y donde
los delfines sean considerados humanos con los mismos derechos. El Boddhisattva
Minanata se encarnó en uno de ellos; sin embargo, los hombres están a punto de
exterminarlos, sin sospechar siquiera que provienen de éstos, arguyendo entre
dientes, sin sentido un pasado que nos hace descender de los monos. El brindis
de la flor de Loto por Dipankara y Sakiamuni es por usted, deva mortal, que me
está leyendo y que no necesita religarse a lo que está ligado desde siempre.
MODULO 9
LIBRE
ACTO 10
MAITREYA
Y estando Maitreya con Almustafa habló a la muchedumbre:
Ninguna religión es dueña de Dios, sin embargo Dios es dueño de todas.
Más todas queréis que vuestros profetas sean los únicos amados ante los ojos de
Dios. En nombre de la religión que profesáis, imponéis vuestra moral al prójimo
y hacéis de vuestros avatares divinos los únicos dioses hechos hombres. Vuestro
fanatismo os ciega y en nombre de Dios hacéis guerras santas, y ciertamente esto
es imponer por la espada, lo que la palabra, la fé y la razón no logran. He ahí
el Templo del Hipócrita. Perseguís cobardemente a quienes discrepan con vuestro
credo llamándoles infieles y hay entre vosotros quienes han tomado vidas por
estas causas. Olvidando que la vida que tenéis no es vuestra y ni de vosotros
vino. Porque la vida fluye pasando por vosotros y es de Dios. Recordad que cada
vida que toméis, a Dios la robáis. Y no hagáis en su nombre, sacrificio de
inocentes animales, porque quien siembra muerte, muerte recoje. No hagáis la
guerra ni persigáis a otros hombre, por causa de cual es el nombre de Dios,
porque Dios ciertamente no tiene nombre. No penséis que Dios es un ser sino más
bien el SER. Y no oréis como los hipócritas en los templos, porque la semilla
divina está en vuestro cuerpo, que es el Templo de Dios. No caminéis un pie
para buscar fuera lo que tenéis dentro siempre. Cada uno de vosotros es un Buda
dormido que espera despertar para ver a Dios y el Dharma en todas las cosas. Es
tiempo de que la Religión sea una, que la religión no enfrente a la Religión.
Que nadie sea perseguido en nombre de Dios, porque no hay entre vosotros quien
esté libre de culpas, y pueda erigirse en juez. Yo también ahí estoy con
vosotros. Abrid vuestros corazones y que el templo de vuestra religión reciba
rito de otro culto, pero no olvidéis que vuestros ritos no son vuestras
virtudes; seguid la virtud y olvidad el rito.
Recordad cada uno que Dios no necesita templo para ser amado, sino más
son los hombres quienes necesitan el poder del templo, y sobre él las cuevas de
los mercaderes pretenden enriquecerse en su nombre. Hay una Única Religión, es
la Religión de Dios y Dios es Única Verdad. Hay una Ultima Realidad de todas
las cosa, el Dharma, es la Ultima Realidad. La Ultima Realidad de todas las
cosas es la Verdad Única. Y el Dharma es Dios.
MODULO FINAL
LIBRE
Autor de la Obra: Fernando Estévez Griego
Derechos de Autor: Fernando Estévez Griego ©
Textos completos de los personajes de la Obra: Fernando Estévez Griego
Autor de textos de Almustafá en el Profeta: Kalil Gibrán "
Transposición Literal". De quien se ha respetado en un todo su contenido.
Autor del texto de Maitreya el Boddhisatva, es Fernando Estévez Griego
quien realizo además la transposición literal atemporal para permitir el
dialogo de ambos.
Texto de Buda en Acto 8
Autor: Buda en el Sutra de los Kalamas
Texto de Maitreya: Fernando Estévez Griego
La obra es atemporal Maitreya el bodhisatva baja de Sukhavasti y Tushita
a la tierra y la recorre sin tiempo se encuentra con Buda, Shiva, Almustafa,
Zaratustra, Lao Tse, Krishna, el Quijote, Fausto, Dante, Macbeth y otros
personajes celebres y dialoga con ellos sin un tiempo real mas que el propio
existir.
El autor los integra de esta forma en diferentes actos y cuadros a todos
para trasmitir sus palabras que quedan al libre entender de cada especatador.
La obra entre actos tiene cantos de kirtans, bhajans, danza y música al estilo
hindú que deja en el director un margen creativo total asi como en la
escenografia y coreografías de actos y entre actos.
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